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lunes, 16 de febrero de 2009

Todo volvio a ser como antes

Hoooooooooolllllllllllllllllllaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

acá toy!!!!!

Muchos pensarán que me fui de vacaciones

que la pasé bomba

y todas esas cosas

pero eso es porque no saben lo que en verdad pasó.

Era un domingo a la mañana.

Yo estaba, re tranki,

alimentando a mis pingüinos asesinos, cuando de repente…

… no pasa nada…

Yo me desesperé,

algo en mi vida estaba cambiando

yo estaba tranquilo

y no pasaba nada que me arruine el momento.

Las cosas estaban sucediendo de forma normal,

eso no es normal,

porque lo normal es un cruce entre lo ético

y lo cotidiano.

Y yo ético no soy,

tampoco soy cotidiano

(¿cotidiano? ¿eso tiene sentido? espero que no)

cuando me di cuenta de tal embrollo

Salí corrrrrriendo hacia el único lugar

en donde podía encontrar la paz interior…

…en la oficina de un decorador de interiores!

Entonces llego y toco timbre:

Hombre con voz soñolienta: ¿Hola?

YO!: Hola, ¿hablo con el decorador de interiores?

Hombre con voz soñolienta: Si, si

YO!: Quería consultarle una cosita

Hombre con voz soñolienta: Disculpe pero ya cerramos, es muy tarde, ¡¡¡son las 5 de la mañana!!!

YO!: Se equivoca. Si, son las 5 de la mañana, o sea, no es tarde… es temprano

Hombre con voz de “te voy a cagar a trompadas”: Retírese ya mismo o llamo a la policía

YO!: Retírese usted o llamo a el ejercito!

Los tres gatos locos de nuestro ejército

pudieron más que los veinte gatos gordos de la policía

y dadas esas circunstancias

el decorador tuvo que dejar su oficina,

su trabajo, su casa, y muchas otras cosas que ya ni me acuerdo.

Una vez atrincherado en mi lugar objetivo

me dediqué a buscar esa respuesta que tanto anhelaba

y me di cuenta que todo lo que había hecho

ya estaba bastante fuera de lo común.

O sea, todo está en orden!

Volví a mi casa para hacer la vida de siempre

y me encuentro con que mis

adorables pingüinos asesinos

se comieron a mis vecinos para alimentarse

y para divertirse un poco.

Entonces suspire y dije:

“Todo volvió a ser como antes”

Post dedicado al decorador de interiores que todavía no le avisé que ya puede volver a su oficina.

2 comentarios:

Unknown dijo...

1-¿Le podrías preguntar al decorador ese, cuánto nos cobraría para empapelar una habitación de cuatro por cuatro?
2-¿Nos regalarías una parejita de los pingüinos asesinos?, alimento no les va a faltar, quedate tranquilo. Y
3- ... cri, cri, cri...
No, eran dos nomás.
¡Bueno, cualquiera se puede equivocar, no seas exigente!

Anónimo dijo...

Que nunca falten decoradores de interiores y la (a)normalidad!

un saluíto!

que andes bien